El lápiz
Hace unos días, leía un hermoso cuento de Paulo Coelho sobre el lápiz*, publicado en conmemoración del "Día Mundial de Toma de Conciencia de Abuso y Maltrato en la Vejez" (15 de junio).
En el cuento, el personaje de el Viejo le explica al Niño, a través de las cualidades del lápiz, lo que desearía que éste fuese de mayor.
La "primera cualidad", en consonancia con la perspectiva religiosa del autor, repercutiría solamente sobre las personas creyentes; pero no iría en detrimento de las no creyentes, a las que se atribuirían las otras cuatro "cualidades", ya de por sí lo suficientemente potentes y determinantes como para ofrecer una lección magistral de ética personal y vital.
Ahí radica, desde mi punto de vista, la capacidad aleccionadora y el valor del cuento, que reproduzco a continuación.
*(gracias a grafologíauniversitaria.com ;-))
LA HISTORIA DEL LÁPIZ
* Fuente: http://www.grafoanalisis.com/lapiz.htm, El País Semanal, nº 882
En el cuento, el personaje de el Viejo le explica al Niño, a través de las cualidades del lápiz, lo que desearía que éste fuese de mayor.
La "primera cualidad", en consonancia con la perspectiva religiosa del autor, repercutiría solamente sobre las personas creyentes; pero no iría en detrimento de las no creyentes, a las que se atribuirían las otras cuatro "cualidades", ya de por sí lo suficientemente potentes y determinantes como para ofrecer una lección magistral de ética personal y vital.
Ahí radica, desde mi punto de vista, la capacidad aleccionadora y el valor del cuento, que reproduzco a continuación.
*(gracias a grafologíauniversitaria.com ;-))
LA HISTORIA DEL LÁPIZ
El niño miraba al abuelo escribir una carta. En un momento dado, le preguntó:
–¿Estás escribiendo una historia que nos pasó a los dos? ¿Es, quizá, una historia sobre mí?
–¿Estás escribiendo una historia que nos pasó a los dos? ¿Es, quizá, una historia sobre mí?
El abuelo dejó de escribir, sonrió y dijo al nieto:
–Estoy escribiendo sobre ti, es cierto. Sin embargo, más importante que las palabras es el lápiz que estoy usando. Me gustaría que tú fueses como él cuando crezcas.
–Estoy escribiendo sobre ti, es cierto. Sin embargo, más importante que las palabras es el lápiz que estoy usando. Me gustaría que tú fueses como él cuando crezcas.
El niño miró el lápiz, intrigado, y no vio nada de especial.
–¡Pero si es igual a todos los lápices que he visto en mi vida!
–¡Pero si es igual a todos los lápices que he visto en mi vida!
–Todo depende del modo en que mires las cosas. Hay en él cinco cualidades que, si consigues mantenerlas, harán de ti una persona por siempre en paz con el mundo.
Primera cualidad: puedes hacer grandes cosas, pero no olvides nunca que existe una mano que guía tus pasos. A esta mano nosotros la llamamos Dios, y Él siempre te conducirá en dirección a su voluntad.
Segunda: de vez en cuando necesito dejar de escribir y usar el sacapuntas. Eso hace que el lápiz sufra un poco, pero al final está más afilado. Por lo tanto, debes ser capaz de soportar algunos dolores, porque te harán mejor persona.
Tercera: el lápiz siempre permite que usemos una goma para borrar aquello que está mal. Entiende que corregir algo que hemos hecho no es necesariamente algo malo, sino algo importante para mantenernos en el camino de la justicia.
Cuarta: lo que realmente importa en el lápiz no es la madera ni su forma exterior, sino el grafito que hay dentro. Por lo tanto, cuida siempre de lo que sucede en tu interior.
Finalmente, la quinta cualidad del lápiz: siempre deja una marca. De la misma manera, has de saber que todo lo que hagas en la vida dejará trazos, e intenta ser consciente de cada acción.* Fuente: http://www.grafoanalisis.com/lapiz.htm, El País Semanal, nº 882
Para madurar hay que sufrir... quizás el único consuelo por el transcurso del tiempo. Gracias por compartir este pensamiento.
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